domingo, 17 de octubre de 2010

La Ley de la Siembra y la Cosecha

(Meditación sobre la ley de la siembra y la cosecha)
Las siguientes frases las leí en algún sitio del internet, y me parecieron desafiantes:

“Siembras un pensamiento, cosechas una acción.
Cosechas una acción, siembras un hábito.
Siembras un hábito, cosechas un carácter.
Siembras un carácter, cosechas un destino.
La siembra es opcional, la cosecha obligatoria.
Ten cuidado con lo que siembras.
Cada uno es responsable de lo que le sucede y tiene el poder de decidir lo que quiere ser.
Lo que eres hoy es el resultado de tus decisiones y elecciones en el pasado.
Lo que seas mañana será consecuencia de tus actos de hoy.
Piensa si el lugar dónde estás ahora
te lleva al sitio que deseas estar mañana”.

En conlusion, no podemos escapar a las consecuencias de la cosecha, pero si tenemos el control de los que sembramos.
Determina hoy sembrar tus mejores semillas y hacerlo con fe.


jueves, 7 de octubre de 2010

¡Bástate me Gracia!

2 Corintios 12:5-9  De tal hombre me gloriaré;  pero de mí mismo en nada me gloriaré,  sino en mis debilidades.  (6)  Sin embargo,  si quisiera gloriarme,  no sería insensato,  porque diría la verdad;  pero lo dejo,  para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve,  u oye de mí.  (7)  Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente,  me fue dado un aguijón en mi carne,  un mensajero de Satanás que me abofetee,  para que no me enaltezca sobremanera;  (8)  respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor,  que lo quite de mí.  (9)  Y me ha dicho: Bástate mi gracia;  porque mi poder se perfecciona en la debilidad.  Por tanto,  de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades,  para que repose sobre mí el poder de Cristo. 
Desde hace como 2 meses he estado meditando en las palabras que Dios le dijo al apóstol Pablo, aunque conozco muy bien este pasaje, puedo decir que en los últimos días, Dios ha renovado en mi un nuevo sentir de absoluta dependencia en su gracia.
En ocasiones todos nosotros pasamos por momentos en los cuales se hace manifiesto, que no tenemos una respuesta a lo que estamos viviendo. No hay una respuesta, o la respuesta no es lo que quisiéramos. También en otras pareciera que no tienen fin los problemas, como dice el dicho, “cuando no nos llueve nos llovizna”. Todo creyente pasa por estos momentos. En ocasiones, estos momentos son el resultado de la obra de Dios en nosotros, para que descubramos el poder de su gracia obrando en nuestra vida. También, como en el caso del apóstol Pablo, aun Dios mismo usa (permite) al enemigo que “toque” nuestras vidas, hasta que se cumpla su propósito. Es en esos momentos de confusión, duda, desanimo, y ya sea que por “revelación” o por necesidad, o desesperación, pero podemos ver claramente el poder de Dios.
Al igual que los discípulos que no pudieron pescar nada toda una noche, Jesús les pide que vuelvan a intentarlo, si ahí en el lugar de su fracaso, en el mismo barco, en el mismo mar, ahí les pide que vuelvan a intentarlo, pero ahora en obediencia a su palabra, ahora lo harán por su gracia. El resultado fue una obra milagrosa, donde el único que recibe la gloria es Dios. En su “debilidad” ahí fue donde la gracia y el poder de Dios se manifestaron de una manera especial.
Lo mismo Dios quiere hacer en nuestras vidas. Nosotros también podemos decir, me gozare en mis debilidades, porque su gracia es suficiente. ¡Amén!

lunes, 4 de octubre de 2010

“Lo que hemos Oído, Contemplado, y Palpado”

1 Juan 1:1-3 RV60  Lo que era desde el principio,  lo que hemos oído,  lo que hemos visto con nuestros ojos,  lo que hemos contemplado,  y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida  (2)  (porque la vida fue manifestada,  y la hemos visto,  y testificamos,  y os anunciamos la vida eterna,  la cual estaba con el Padre,  y se nos manifestó);  (3)  lo que hemos visto y oído,  eso os anunciamos,  para que también vosotros tengáis comunión con nosotros;  y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre,  y con su Hijo Jesucristo.

Ser un discípulo de Cristo, es mas que tener información, o conocer intelectualmente sobre Jesús el ungido de Dios. Es una experiencia que envuelve todo nuestro ser; espíritu, alma, y cuerpo. A través de la oración tenemos comunión con él, a través de nuestra adoración expresamos el sentir de nuestra alma, y en el vivir de nuestra vida diaria, caminamos con el en todos los asuntos de nuestra vida. El apóstol Juan nos declara que él está hablando de lo que el ha vivido. Si bien lo decía en el contexto de las herejías de sus  días especialmente el Gnosticismo que declaraban que Jesús no había existido corporalmente, el principio de la experiencia personal es todavía valido.
  • Si todo lo que hablo son palabras de motivación, es porque he estado leyendo libros de motivación disfrazados como palabra de Dios, que incrustan “aquí y allá” uno que otro pasaje de la escritura para dar la impresión de cristianismo.
  • Si todo lo que hablo es de lo que alguien más dice, es porque he estado leyendo lo que otros han leído, de otros, detrás de un escritorio, o de una computadora en línea y con google.
  • Si todo lo que hablo son frases gastadas, y superfluas es porque no he meditado en su palabra, ni mi relación con Jesús es viva, y real.
  • Si todo lo que hablo son de los programas de televisión de moda, y “reality shows”, de las nuevas películas, de vampiros y romances, de concursos de canto y baile que exaltan la sensualidad, y la superfluidad de nuestra cultura, pero no del reino de los cielos.
  • Si me emociona que una mexicana sea la reina de belleza, he perdido el significado de la verdadera belleza de tu creación, ahora valoro lo que el mundo valora. (Mat 5:8) ¿Sera que pasó más tiempo enfrente del televisor, que delante del trono de tu gracia? 
¡No puedo ser testigo de Jesús, no lo he oído, no lo he palpado, ni lo he contemplado!
¡No puedo dar lo que no tengo! (Hechos 3:6) Señor, ayúdame a tocarte, a oírte y a palparte en mi vida, para que pueda reflejar a este mundo tu luz, tu vida, tu obra en la cruz y tu victoria sobre la muerte. Para que un día toda lengua confiese que tu eres el Señor de la historia, para que nos unamos al clamor de la creación que al unisonó diariamente declara tu gloria.