viernes, 30 de noviembre de 2012

Nuestra insuficiencia, y su Suficiencia



Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? (Juan 6:9 RV 1960)

En muchas ocasiones en la vida, y en el ministerio yo personalmente he sentido exactamente lo que los discípulos le dijeron ese día a Jesús. Una de las constantes que siempre nos detiene de hacer algo en la vida es cuando comparamos nuestros recursos con los sueños o desafíos que Dios pone en nuestros corazones. Por un lado su voz nos declara con “ímpetu” en el corazón “alimenta las multitudes” o has esto o aquello, y al ver la realidad de nuestros recursos, habilidades, y capacidad, respondemos con el mismo sentir que dijeron los discípulos; ¡No se puede, no es posible! ¿Qué es esto para tantos?

Pero en Jesús, los sueños que él ha puesto en nuestra vida, son posibles aun a pesar de todo el sentir, o la realidad de toda nuestra insuficiencia. ¿Qué es lo que he aprendido en estos años de caminar con el Señor que debemos hacer cuando me encuentro ante esta situación?
·        En primer lugar, necesito estar seguro que estoy escuchando su voz. Sin esta convicción no es posible dar otro paso en la vida.
·        En segundo, lugar debo examinar mis motivos porque lo quiero hacer; ¿a quién va a beneficiar? ¿Quién recibirá la gloria?
·        En tercer lugar, comienzo donde estoy, y con lo que tengo.
·        Por último, continuo encaminándome al sueño o visión esperando que Dios hará algo que me sorprenderá, y en la cual, solamente El recibirá la gloria. En el evangelio de Juan, fueron unos cuantos peces, y uno panecillos de un niño, en la historia de Elíseo y la viuda fue el aceite, y las vasijas, en el ciego fue lodo y el agua del estanque. En mi vida ha sido personas, que menos pensaba, dinero que llega inesperadamente, recursos que “aparecen” como de milagro (no podía ser de otra manera), deudas que se cancelan, en fin Dios obra inesperadamente.
Gracias que en nuestra insuficiencia tenemos tan lejos como nuestra fe, todos los recursos del reino de nuestro Rey Jesús.

martes, 13 de noviembre de 2012

¿Como se forma una visión?



Primero se experimenta, después se medita sobre la misma, luego se comparte verbalmente con todo el corazón, y con toda persona, después se escribe. A lo menos ese fue el patrón en los personas de las sagrada escrituras. 

Nunca ningún personaje bíblico se sentó a escribir una visión y luego paso a paso se cumplió la visión. Su caminar fue más accidentado, con “baches” “desvíos” tardanzas, y milagros de última hora, más o menos como nuestra experiencia. Mientras caminamos siguiendo a Jesús vamos descubriendo su visión para nuestras vidas. Tres preguntas importantes:
  1. ¿Que está tratando Dios con tu vida? 
  2. ¿Qué es lo que está ocurriendo en tu vida en relación a tu caminar con Dios? 
  3. ¿Qué es lo que está pasando en tus relaciones personales? 
La segunda y la tercera nos ayudan a entender la primera, y en estas dos últimas es que se llevara la visión de Dios en tu vida.