Juan 4:48-50. 48-50 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis
señales y prodigios, no creeréis.
(49) El oficial del rey le dijo:
Señor, desciende antes que mi hijo muera.
(50) Jesús le dijo: Vé, tu hijo
vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue.
Jesús pone a prueba la fe del hombre. v. 48 las palabras de Cristo no fueron las más fáciles de oír,
su fe fue puesta a prueba, porque en vez de hacer lo que estaba pidiendo Jesús
responde con un aparente reclamo. Cuando tú pides a Dios que haga un milagro en
tu vida, tu fe va a ser puesta a prueba. En ocasiones son tus dudas, o imágenes
de tu enfermedad, o situación, o lo que otros dice, pero tú debes mantenerte
creyendo a pesar de todas las cosas que te estorben para que recibas el
milagro, no te dejes derrotar, si vences tu fe será más afirmada, y veras la
gloria de Dios en tu vida.
El Padre persevera en su petición. v.49 A pesar de las palabras de Cristo este hombre
sigue clamando por el milagro que su hijo necesita. No te des por vencido
cuando no ves la respuesta inmediatamente,
o que parece tardarse. Este padre continúo
clamando a Jesús, hasta que recibió una promesa. No pares de clamar a Dios, hasta que tengas su
promesa en tu corazón. Este hombre persevero, a pesar de las palabras de Cristo.
Jesús le da una
palabra, o promesa.
Eso fue todo lo que recibió. Jesús no acepto su invitación de venir a su casa y
orar por su hijo, solamente le dio una promesa. Esta palabra o promesa, incluía
la solución a su necesidad por medio de su obediencia. La obediencia hacia suya
la promesa; Ese es el corazón de esta historia; si tu crees la promesa, obedecerás
las condiciones que hay en la promesa, porque eso demuestra tu fe, ya que la fe
sin obras es muerta.
Si Jesús te da una
promesa, en la obediencia a esa promesa está el secreto de que se realice el
milagro. La obediencia
es lo que activa el poder milagroso de la promesa. Creer significa más que una
emoción, creer es un acto de obediencia. Muchos han escuchado muchas promesas de Dios, y solamente
las escuchan con sus oídos, pero no con el "hombre interior", o con oídos de fe, y por eso no actúan
conforme a las promesas que Dios les ha dado, esta es la razón porque no se
cumplen las promesas de Dios en sus vidas. Esto es lo que Pablo dijo a los Gálatas,
(3:1-5 RV 1960) ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó
para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya
presentado claramente entre vosotros como crucificado? (2)
Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las
obras de la ley, o por el oír con fe?
(3) ¿Tan necios sois? ¿Habiendo
comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? (4)
¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. (5)
Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre
vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? Aunque en este pasaje Pablo esta hablando mas allá que milagros, el mismo principio se aplica a las maravillas o milagros como Pablo los llama en este pasaje. Es obvio
que la pregunta de Pablo solamente tiene una respuesta; los milagros y
maravillas que los Galatas habían experimentado no era el resultado de
obedecer la ley judía, sino de creer con el corazón, es la fe y la obediencia
lo que “activa” el poder de Dios, manifestándose en milagros.
Si
no actúas conforme a la promesa que has recibido, no recibirás el milagro.
¿Qué es lo que necesitas hacer para su promesa se cumpla en tu vida?
No hay comentarios:
Publicar un comentario