jueves, 23 de septiembre de 2010

La Condición de mi Corazón a la luz de tu Palabra

Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová.  E Hilcías dio el libro a Safán,  y lo leyó. Viniendo luego el escriba Safán al rey,  dio cuenta al rey y dijo: Tus siervos han recogido el dinero que se halló en el templo,  y lo han entregado en poder de los que hacen la obra,  que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová. Asimismo el escriba Safán declaró al rey,  diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro.  Y lo leyó Safán delante del rey. Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley,  rasgó sus vestidos.
(2 Reyes 22:8-11 RV60)

La verdadera espiritualidad comienza cuando descubrimos a la luz de la palabra de Dios la condición de nuestro corazón. La respuesta del rey Josías, al oír las palabras de la ley, demuestra la respuesta interna de su corazón. Al oír la palabra de Dios se dio cuenta de su gran necesidad, y de que si Dios restauraría a la nación, el primer paso comenzó en su vida misma. Palabra de sabiduría para los lideres, pastores, o padres; si queremos pasión, entrega, y consagración en nuestros discípulos, congregaciones, o familia, el primer paso es una autoevaluación a la luz de su palabra.
La condición espiritual, y moral de la nación judía estaba en una real decadencia, de tal manera que leemos (capitulo 23 de 2 de Reyes) que en el miso templo de Dios se tenían imágenes de los dioses amonitas, de Baal, y Asera.  
¡Señor te pido que pueda ver a la luz de tu palabra la condición de mi corazón para que  pueda llevar tu luz a los que me rodean! ¡Quiero arrancar de mi corazón todo incienso, y ofrenda a los dioses de la costumbre, del cristianismo diluido, cómodo, y aculturado. ¡Purifícame Señor, para que pueda reflejar tu luz! Amén.  

viernes, 17 de septiembre de 2010

¡Señor Quiero Ser Tu Siervo!

Sep. 17, 2010

El Señor DIOS Me ha dado lengua de discípulo, Para que Yo sepa sostener con una palabra al fatigado. Mañana tras mañana Me despierta, Despierta Mi oído para escuchar como los discípulos. El Señor DIOS Me ha abierto el oído; Y no fui desobediente, Ni me volví atrás.
(Isa 50:4-5 NBLH)

¡Señor Jesús! quiere ser tu siervo por lo tanto te pido en este día:
Dame lengua de discípulo para dar palabra de vida al necesitado, despierta Señor mi corazón, mi espíritu, para que te oiga claro, y fuerte, que tu palabra retumbe en mi corazón de tal manera que se sacuda la indiferencia, la pasividad, y la duda. Ábreme el corazón, de tal manera que mis labios te puedan decir, ¿Señor que quieres que haga? Dame el valor de hacer tu voluntad, que no tema al hombre que mi pasión sea obedecerte. ¡Señor quiero ser tu siervo!

jueves, 16 de septiembre de 2010

Para Este Tiempo Te Forme

Sep. 16, 10

Oídme,  costas,  y escuchad,  pueblos lejanos.  Jehová me llamó desde el vientre,  desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. Y puso mi boca como espada aguda,  me cubrió con la sombra de su mano;  y me puso por saeta bruñida,  me guardó en su aljaba.
(Isa 49:1-2 RV60)

Tu vida ha sido señalada por Dios para sus propósitos, aun desde el vientre de tu madre Dios ya estaba obrando en tu vida. ¡Tal pensamiento es demasiado glorioso! Dios nunca se olvida de ti siempre te ha tenido en memoria. El te ha preparado para este tiempo, este es tu tiempo, ha puesto en ti lo necesario para que venzas. En tiempos te ha mantenido protegido (aun hasta pareciera que olvidado) pero he aquí el te ha estado “guardando” para este tiempo. Ahora estás listo para salir y en sus manos darle al blanco de tu destino. Nada te podrá detener, porque es el Señor quien te “lanza” a tu destino. Solamente mantente en su aljaba, y he aquí cumplirás su propósito, para el cual te creo, y todo este tiempo te ha estado formando como saeta bruñida. ¡…declara el Señor!
Bendiciones,
Carlos Rincón

martes, 14 de septiembre de 2010

¡Nosotros Contamos con Alguien más Poderoso!

2 Crónicas 32:7-8 NVI  "¡Cobren ánimo y ármense de valor!  No se asusten ni se acobarden ante el rey de Asiria y su numeroso ejército,  porque nosotros contamos con alguien que es más poderoso.  (8)  Él se apoya en la fuerza humana,  mientras que nosotros contamos con el Señor nuestro Dios,  quien nos brinda su ayuda y pelea nuestras batallas."  Al oír las palabras de Ezequías,  rey de Judá,  el pueblo se tranquilizó. 

El rey Ezequías se encontraba en una situación muy difícil que podría significar el fin de su reinado, ya el rey Asiria (que era la potencia mundial en ese momento) estaba a las puertas de Jerusalén, listo para atacar y humanamente hablando arrasar si así lo deseaba la ciudad de Jerusalén. A pesar de que tenía todo en contra el rey entendió que la victoria no depende de lo que tenemos, ni de lo que somos capaces de hacer, sino de confiar en Dios, quien pelea por nosotros. El rey asirio contaba con el ejercito más poderoso, la experiencia, y las armas para ganar la batalla, pero el rey Ezequías, contaba con Dios, y él había puesto su confianza total en el.

Al igual que el rey Ezequías en momentos de nuestra vida pareciera que todo está en nuestra contra, y pareciera que no hay una solución, en este dia te quiero recordar que Dios pelea por nosotros; ¡Nosotros contamos con alguien más poderoso! En este día descansa en Dios y deja que el pelee por ti. El será fiel y veras a tus enemigos derrotados y avergonzados.

viernes, 10 de septiembre de 2010

¡Nuestro Señor Reina!

¡Nuestro Señor Reina!

Porque el Señor es nuestro guía; el Señor es nuestro gobernante. El Señor es nuestro rey: ¡Él nos salvará! (Isa 33:22 BAD)



En el contexto de este verso el profeta habla de que las naciones y los reinos serán destruidos, y de la vanidad de confiar en su poder, y en medio de todo esto, de sus labios sale esta frase, que describe claramente el significado del reino de Dios. Esto es lo que ocurre cuando somos parte de su reino, ser parte del reino de Dios es más que ser parte de una congregación, es hacer Jesús, al Mesías, el Señor de nuestras vidas. El nos guía, nos gobierna, es nuestro exaltado rey, de quien viene nuestra salvación.

Oración:

Señor venga tu reino sobre mi vida este día, hágase tu voluntad en mi vida así como en los cielos, me someto a ti. ¡Señor reina en mi vida, mi familia, mi Iglesia, en mi ciudad! ¡Que todos tus enemigos sean confundidos, y que tu amor sea real a través de mi vida! Sálvame de mi mismo, purifícame, que lleve tu olor fragante en todo lugar. Amén.