miércoles, 16 de marzo de 2011

El Hiero se afila con el Hierro

Proverbios  27:17  El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre. (NVI)

Jesús nos dio la orden de ir y hacer discípulos, pero al mismo tiempo que vamos y hacemos discípulos, no dejamos de ser discípulos; somos discípulos hacedores de Discípulos. El discipulado tiene que ver con muerte, trasformación, y formación. Dejamos nuestra mentalidad, estilo de vida, y valores y adquirimos la mentalidad de Cristo, el estilo de vida de Cristo, y hacemos nuestros sus valores.
  • ¿Cómo es que Jesús realiza esta obra en nuestras vidas?
  • ¿Cómo es que Jesús espera que nosotros hagamos esta obra en la vida de otros?
Recuerdo cuando estaba estudiando en la escuela bíblica, uno de los maestros que tenia, nos deja una asignatura en la cual al fin del curso teníamos que presentar un proyecto de cómo soñábamos que sería la iglesia que un día pastorearíamos. Una de las cosas más importantes nos menciono era que nuestra iglesia debería tener un programa de discipulado. Esto significaba que tendríamos que incluir en nuestro proyecto un sistema de educación cristiana en la cual llevásemos a las personas en diferentes niveles de conocimiento de la palabra de Dios. Al final del curso presente mi carpeta de mi proyecto y el maestro me dio una buena calificación. Cuando comencé mi ministerio de pastor, volví a tomar esa carpeta y trate de implementar varias de las cosas que tenía en la misma, una de las que más me enfoque fue en la enseñanza, ya que yo estaba convencido de que ese era el secreto de formar discípulos.
Por varios años lo hice de la mejor forma que pude, siguiendo varios modelos que conocía, pero la verdad que siempre me quedaba con la sensación de que algo no estaba bien, y que no veía cambios significativos, especialmente en las actitudes, y cosmovisión de la personas. La verdad que al final de las diferentes clases que enseñaba veía como la gente adquiriría nuevo conocimiento, y veía que la gente disfrutaba las clases que se impartían, pero no veía cambios significativos, especialmente en sus valores, y su visión de la vida. No tuve una visión repentina de lo que entiendo ahora del verdadero significado de hacer discípulos, sino que fue una revelación gradual, especialmente cuando lo experimente en mi misma persona.
En primer lugar, entendi que para que hubiera cambios verdaderos, uno necesita dar cuentas a alguien de su vida. El discipulado no solamente es impartir información, es desafiar, motivar y confrontar a las personas a vivir por las palabras de Cristo, de otra manera solamente los estamos llenando de información y no estamos haciendo discípulos. De acuerdo a las palabras de Cristo, los discípulos son los “guardan” obedecen, practican viven sus palabras.
En segundo lugar, me di cuenta que el discipulado tiene dos aspectos, estoy formando el carácter de Cristo en otros, mientras estoy siendo formado por alguien más conforme al carácter de Cristo. No puedo tomar de la mano a otras personas motivándolos a seguir avanzando en su seguimiento de Cristo si no estoy tomando de la mano de alguien que está delante de mi desafiándome a seguir adelante. El hierro se afila con el hierro, y yo podría añadir, y el hierro que no se afila se vuelve “chato”, no corta, no avanza, necesitamos afilar a nuestros discípulos, mientras que somos afilados también nosotros. La herramienta del discipulado es el cuerpo de Cristo, del cual somos parte, esto está en línea a lo que Pablo entendía de las funciones del cuerpo de Cristo.  (Efesios 4:11-16)
Oración:
Señor Jesucristo, te pido en este día que me ayudes a invertir mi tiempo en “afilar” o formar a la gente con la cual voy a tener contacto este día, no quiero pasar tiempo con ellos, no quiero tener un buen tiempo con ellos, no quiero sacrificarme por ellos, quiero invertir mi vida para que te reflejen a ti. En los negocios de mi padre deseo estar. ¡Amén!
Desafío:
¿Quién (es) está  formando tu vida?
¿Cuánto tiempo inviertes en la vida de las personas que estas discipulado?

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